Desde muy temprano el bebé y su madre, padre o persona significativa a cargo comienzan a comunicarse. La primera forma que tienen los niños es a través del llanto, el que provoca una reacción en su entorno. A las 6 semanas empiezan a sonreír, lo que brinda nuevos lazos afectivos. A las 12 semanas sonríen cuando les hablan y producen sonidos similares a las vocales. A las 20 semanas se suman otros sonidos que se parecen a las consonantes. Ya a los 6 meses balbucean, es decir producen sonidos similares a sílabas y pareciera jugar con ello, responder al adulto, etc.
Hacia los 8 meses han ido aumentando estas emisiones, las repiten y entremezclan con entonaciones que parecen tener relación con sus estados anímicos.
Desde los 3 o 4 años sus construcciones son cada vez más parecidas a las de los adultos. Pueden formular oraciones negativas, declarativas, interrogativas. En cuanto a su habla han adquirido la mayoría de los fonemas excepto los sonidos ere y erre los que pueden tardar hasta los 5 años.
A partir de esta etapa podemos observar en ellos un verdadero diálogo, lo que les permite utilizar el lenguaje para informarse, aprender, expresar su mundo interno, etc.
Las etapas pueden variar entre uno y otro niño, lo importante es detectar a tiempo si su hijo requiere de una evaluación fonoaudiológica...